Pisac. Valle Sagrado de los incas.
Comenzando el nuevo día partimos hacia Pisac, a través del Valle Sagrado de los Incas.
El esplendor de la naturaleza estalla en gamas de verdes, sonidos de río, paisajes escalonados, que van adentrándose en uno , abriendo un diálogo íntimo. Todo habla, todo responde.
Sembradíos, gentes serenas y alegres, el sol estallando en el brillo de las piedras y las ruinas con su testimonio, convocante, desde la altura.
El camino al Inti Huatana (Inti, sol. Huatana , amarrar) pasando por construcciones centenarias, se desvía hacia el lugar de destino desconocido y, a veces, en cada vuelta, irreal.
Difícil, empinado, irregular, bordeando precipicios escarpados. El físico puesto a prueba por el cansancio y la dificultad; el ánimo inquieto, abandonado por la seguridad. Se anhela el fin pero no se alcanza a avisorar.
El mantra se hace compañero fiel. Le da ritmo a la escalada, atención al estado, creando la atmósfera de vacio habilitante.
OM NAMO BHAGAVATE
Esta tarea de recorrer accidentes, riesgos, miedos, dificultades evoca el camino del alma en busca de si misma y del encuentro con Aquello que ansía como verdad y completud. Se busca lo que se anhela, sin saber ni donde está, ni como llegar, ni cuando. La tenaz necesidad de lo Otro.
El último tramo muy difícil y escarpado aporta una cuota extra de adrenalina. De golpe, en un giro que parece otro de una larga serie de esfuerzos aparece la huaca. Colgada sobre el valle, una serie de construcciones simples y mágicas a la vez.
Una central y diferente atrae mi atención de manera instantánea. Ese es mi lugar. El guía indica que cada uno elija pero yo ya lo había hecho y me urge descansar allí. Su mensaje: la creatividad.
Ese lugar es mucho más antiguo que el resto, su construcción es diferente. Pero está como rodeado, abrazado. El inca asimilaba a los pueblos conquistados y construía alrededor, absorbiendo, incorporando. A la izquierda una enorme piedra envuelta por paredes de perfecta simetría ofrece la energía de la alquimia.
El ámbito me había elegido y, al ubicarme en él, impregnada por él, mirando hacia la puerta, siento ese útero de piedra estallar una vibración tan intensa que es difícil de sostener. La entrega y la expansión son las claves para la meditación. Conocimiento ancestral que recorre las vidas, desde la noche de los tiempos hacia futuros sin fin, el compromiso con la Tierra, la Energía femenina, la Madre, había sido siempre la veta sagrada y es el cometido que unifica el transcurrir.
Cohesión y sentido. La plenitud de la Alegría es el camino. La creatividad para la evolución, la brújula. Una gran paz, todo suspendido, hasta la respiración. Solo Algo que ondula, como alas,
en una vibración profundamente amorosa. Integrar los valores de unidad, hermandad, en lenguaje
en visión renovada en imágenes actuales de evolución, respeto y ascensión. Hacia la nueva Tierra.
El camino de regreso, al comienzo, es terrible. El corazón parece romper el pecho, el aire falta en los pulmones y un fuerte mareo vuelve vacilante el andar.
El viaje del alma continua, esta vez de regreso al mundo, y es difícil, muy difícil y sin embargo tan simple.


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