viernes, 16 de noviembre de 2012

La sabiduría del lenguaje

Una de las ventajas de trabajar con personas es que se aprende a escuchar. Allí las palabras quedan resonando en un espacio que abre la comprensión.
En ese estado de atención donde el lenguaje toma su real significado surgen, como perlas, aquellas connotaciones que la prisa a veces oculta de la percepción.

Allí empieza a aparecer el tesoro de la sabiduría que está resonando en el vocablo, entregando mensajes diferentes, a veces más profundos, de lo que se entiende por habitual.

Por ejemplo la palabra responsabilidad, comunmente asociada a carga, peso, agobio, a respuesta automática, a deber. Si se la desglosa en responder y habilidad entrega una enorme gama de posibilidades.
Sí, es un llamado del afuera que se asume como personal, pero para su resolución...hay una sola manera?
¿Qué sucede si se pone en juego la habilidad que alude a las posibilidades de resolver de manera creativa, de ubicarse en otras perspectivas que no impliquen costos personales, sí, en cambio, deseos, intención, formas diferentes de asumir la circunstancia?

La palabra recreo, implica el espacio abierto entre acciones de cualquier tipo para re-crear, o sea re-definir el cómo, el cuándo, el por qué o el para qué. Volver a crear es partir de la nada gestante a una forma de realización nueva pero dinámica, que abra su propio camino a lo diferente.

Sabiduría encerrada en cada palabra, producto de muchas comprensiones que nos precedieron dejando su impronta abierta al que escucha y sabe detenerse en esa acción, que parece pasiva peo no lo es.

Sabemos escuchar, escuchar-nos? Tenemos tiempo para hacerlo, ese tiempo interno que abre puertas a lo que no es obvio pero está vibrando atrás??

lunes, 5 de noviembre de 2012

Las distintas vibraciones de los cuerpos, mental, emocional y físico.

Cada ser humano es un exquisito sistema compuesto por cuerpos de distinta densidad y vibración.
El más obvio es el cuerpo físico, de materia sólida. El emocional lo interpenetra pero es de una sustancia más sutil. . Es allí donde ocurren nuestras emociones, cada una con su diferente expresión vibratoria. Desde la vergüenza, la más baja e inhabilitante, el enojo que por lo menos no paraliza, hasta las más sublimes como la ternura y el afecto.

Más sutil aún, el cuerpo mental que involucra a los dos anteriores. Allí se estructuran los pensamientos, desde los más básicos sobre cómo resolver algo de lo cotidiano hasta los más elaborados como conceptos y síntesis. La imaginación o las ideas corresponden a un nivel de la mente superior.

La interpenetración entre todos ellos es, por lo general, fluída y actúan uno sobre otro, en múltiples direcciones. A veces no resulta fácil distinguirlos, sobre todo entre lo mental y lo emocional. La observación es un instrumento óptimo para hacerlo. Por ejemplo cuando en la cabeza se desarrollan diálogos silenciosos e  interminables pero están teñidos por la justificación, hay una emoción escondida que busca su camino de expresión, despojando a lo mental de su objetividad. Desentrañarlo trae claridad.

Se puede haber comprendido la razón de una ausencia o una pérdida. Pero se sigue extrañando lo perdido. Emocional. O se pueden llevar a cabo actos como si eso no hubiera sucedido. Allí queda el rastro físico de la situación anterior, su memoria física.

La mente tiene una velocidad mucho mayor que lo emocional y muchísimo mayor que lo físico.
Por ello, como ejemplo, la aceptación, es un proceso de tres tiempos y cada etapa debe ser trabajada en su nivel permitiendo que se desenvuelva en lapsos diferentes.
El aporte de la conciencia resulta, entonces, invalorable para jugar cada cosa en su propia vibración.
El resultado de ello será la claridad. Como en la paleta del pintor, cuando demasiados colores se mezclan, sólo se obtiene un gris sucio. En cambio con la pureza de cada color hay comprensión y resolución.

domingo, 21 de octubre de 2012

¡Y por qué la conciencia?




A través de la historia vemos civilizaciones que aparecen, se desarrollan en apoyo de valores o ideas que parecen solucionarlo todo para luego caer estrepitosamente en una desintegración que no deja ningún avance real.

En la Antigua Grecia, en el Medioevo o ahora, las condiciones de la vida humana son las mismas solo que en nuestro tiempo se vive en el marco de una tecnología avanzada que no impide que haya violencia, caos, miseria y enfermedad en todos los pueblos.

El dolor sigue siendo el anillo que ahoga al hombre en su humanidad.; no importa su clase social o económica, ni su saber o ignorancia, ni su fe o ateismo.

Aquellos que se engañaron en pos de una idea que lo iba a cambiar todo hacia un mundo mejor vieron sus ilusiones caer en el vacío que la propia condición del hombre tiene en su naturaleza. Podemos nombrarlas de mil maneras, ansia de poder, codicia, vulnerabilidad ante la enfermedad o el accidente, desencanto, todas son caras de la misma incapacidad y la ilusión es el disfraz de la mentira.

“Las condiciones en las que los hombres viven sobre la tierra son el resultado de sus estado de Conciencia. Querer cambiar las condiciones sin cambiar la Conciencia es una vana quimera”.

Lo único que el hombre puede cambiar es a si mismo pero esta es una tarea que nunca se emprende. Cambiar ¿Qué? ¿Es adherir a aquella o esta disciplina? ¿A este o aquel valor?¿O tal vez amoldarse a aquello que se considera un ideal? No es este el camino.

El que decide construir un comedor infantil, esparcir una religión, predicar un conocimiento, lo hace en el fondo porque cree saber mejor que los demás lo que debe hacerse o no.

Se pueden organizar grandes movimientos par mejorar la salud de los pobres, por ejemplo, pero eso no impedirá que la gente se enferme. Al contrario, se sentirá animada a caer enferma. Se puede “servir a la Humanidad” luchando contra la pobreza pero eso no mejorará la condición de los atendidos antes generará aún más rencor y violencia. No hace falta más que abrir los diarios para comprobarlo.

De hecho la primera humanidad que nos concierne es la propia y el primer desafío es encontrar en uno mismo la posibilidad de cambiar la capacidad de sufrir en una certeza de ser feliz.

Allí, en ese algo sufriente en el hombre que se muestra bajo todos los hábitos, vocabularios, profesiones, discursos, que se oculta en un paraíso social o religioso está el secreto de la transformación.

Para acabar con el dolor ese dolor es el instrumento, la palanca que mueve. En el fondo mismo del dolor está el secreto que no conduce al hundimiento y la derrota sino que acerca al corazón de un “mejor” que no se había previsto.

“En ningún medio exterior de mejora material o de transformación total reside la verdadera evolución progresiva, lo que puede llevar al hombre hacia la dicha a la que tiene perfecto derecho. Son los perfeccionamientos individuales, interiores y profundos los que constituyen el progreso real, y que pueden transformar totalmente el estado actual de las cosas.”

En la propia selva interior es donde se busca desarmar los núcleos que forman la estructura de cada uno; aquello que denominamos “Yo” y que está elaborado en base a transmisión de patrones ancestrales (familiares y culturales), hábitos consolidados como respuesta efectiva a una situación que se supone resuelta pero que solo es respuesta de alguna clase de memoria activada como defensa, estructuras elementales que nos fueron transmitidas por el ideal filosófico, religioso o económico y que, se supone, van a proveer a nuestro bien; todo ello apoyado en una genética que se dice determinante absoluta, pero frente a la cual el efecto placevo en sus últimos estudios plantea , cuando menos, una duda seria como el efecto de la mente sobre la materia.

Toda esta intrincada maraña responde siempre sobre una base de acción: el conflicto, en su infinita gama de variables por ejemplo entre lo que se siente y lo que se piensa, entre lo que se supone “propio” y lo del “otro”. Si se observan detenidamente las relaciones humanas se verá que es una serie gigantesca de agresiones y competencias más o menos disimuladas con algunos pequeños oasis, momentáneos y efímeros de paz y encuentro; donde pues para que alguien gane otro tiene que perder, ya sea en el ámbito familiar, social, nacional o planetario.

¿Dónde se enraíza el conflicto? En el hombre o la mujer mismos. Por eso cada situación de la propia vida espeja cómo nos relacionamos con nosotros mismos en primer lugar y de allí con otro; cómo la ilusión proyecta sobre ese otro nuestras carencias en una elección condicionada por todo tipo de patrones.

Todos los vínculos humanos están teñidos de esta agrisada mezcolanza de creencias y emociones que llamamos “Yo”.

Para desarmarla es necesaria la búsqueda seria de la claridad interior; una por una las raíces de ese dolor que confunde son desenterradas de la inconciencia y expuestas a la luz de la comprensión, de la aceptación y luego y solo luego, de la transformación.

¿Donde se ve si el cambio tiene resultados? En la propia vida sencilla de cada día porque al desarmar las piezas del conflicto entero de cada uno cambia el entorno familiar, social, cambiando las elecciones y metas de vida y cambiando hasta la manera de mirar la muerte.

Pero como siempre lo mas profundo es lo ultimo que se descubre, lo primitivo u original es lo ultimo en emerger de la obstrucción.

“El obstáculo coincide con la razón misma de la obra a realizar; es el estado de imperfección actual de la materia física… Tenemos que caminar constantemente a la conquista de ese trasfondo de inconciencia universal y a través de nuestro organismo, transformarlo poco a poco en conciencia luminosa”.

No es tarea para débiles ni para cobardes, es enfrentar las raíces del dolor y de la muerte para arrebatarles su presa. Es también una tarea de silencio  llevada a cabo en lo profundo del ser, que solo se evidencia en el cambio sutil de lo vibratorio. Donde hay circo la evolución esta ausente.



            “Mire el mundo y perdí el Yo
              Y cuando encontré el Yo, perdí el mundo
             Perdí mis otros yoes y el cuerpo de Dios
             El lazo entre lo finito y lo infinito
             El puente entre las apariencias y la Verdad”.

                                                     Savitri 5.3.407

Es el llamado a la mutación humana, de “dentro a afuera” tal es la verdadera ley. “Es gracias a lo peor como se puede encontrar lo mejor y es gracias a lo mejor como se puede transformar lo peor.”

            Es la aventura última del hombre.

            “He cavado mucho tiempo, profundamente
             En un horror de fango y lodo
             Un surco para la canción de un río de oro
             Una morada para un fuego inmortal.”








domingo, 14 de octubre de 2012

Cuerpo-Mente. Un aporte de Yoga


El trabajo como profesora de Yoga aproxima a la observación de los cambios psicofísicos que se producen en aquellas personas que sostienen una práctica.
En este campo el aporte de la Profesora Susana Balech es de inestimable valor en su apoyo al desarrollo de la sensibilidad que no se conoce.

Para facilitar y enriquecer la práctica se busca, también, el apoyo de técnicas psicofísicas.
El trabajo ideado por el Dr. Moshe Feldenkrais resulta particularmente enriquecedor por su relación entre autoconciencia y movimiento.

“Debido a la estrecha proximidad existente entre la corteza motriz y las estructuras cerebrales relacionadas con el pensamientoy el sentimiento, así como a la tendencia de un sector cerebral a propagarse hacia los tejidos vecinos, un cambio radical en la corteza motriz no puede sino tener efectos paralelos sobre el pensamiento y el sentimiento”.

La noción de “uso” es desarrollado por Alexander, uno de cuyos principios sostiene que el uso afecta la función. Cuando se comprende la complejidad del concepto “uso” se da uno cuenta de la profundidad de este principio. Dado que el uso determina el funcionamiento, un uso defectuoso implica un funcionamiento defectuoso.
Un ejemplo de esto puede ser el niño que imita la postura del padre. Aprende a pararse como su padre llevando los hombros arriba y atrás lo que dificulta la respiración e inhibe la libre movilidad de caderas y rodillas. El padre quizás tarda décadas en lograr semejante mal uso, pero el niño lo adquiere tempranamente y esto afectará su personalidad y su forma de relación a lo largo de su vida.

En este punto del trabajo debe uno replantearse qué entiende por “cuerpo” y “mente”.

A la luz de la física quántica la materia dista mucho de lo que creía Descartes o Newton, o sea un ordenado sistema parecido a bolas de billar actuando entre si como un mecanismo de relojería.
Lo más importante que dice ella respecto a la índole de la materia y tal vez del ser, es su descripción de onda / partícula. A nivel subatómico todo puede describirse como partícula sólida o como onda, o sea que la naturaleza de las cosas es básicamente dual, simultáneamente.

Esto se afirma en el Principio de Incertidumbre de Heisenberg, y desde allí hace una entrada al lenguaje de psicólogos y sociólogos que llevan la expresión “salto quántico” para denominar un cambio rápido.

 Es la teoría física más exitosa que se haya logrado. Puede predecir resultados experimentales correctos con una precisión de varios puntos decimales.
El Principio de complementación afirma que cada manera de describir al ser, tanto como onda como partícula, complementa a la otra y solo se obtiene un cuadro total cuando se les trata “en paquete”. También actúan así los hemisferios cerebrales derecho e izquierdo, proporcionando cada uno un tipo de información de la que carece el otro.

En esta física ningún estado es completo por sí solo y ambos son necesarios para ofrecer un cuadro completo de la realidad, pero nunca pueden ser enfocados simultáneamente.
Esto condensa el problema filosófico central: la esencia misma de la realidad.

Pero existe un punto más igualmente importante a tener en cuenta y es que: los fenómenos quánticos no observados son totalmente diferentes de los observados. Esto parece sugerir que la conciencia es un importante eslabón entre el mundo del quantum y la realidad cotidiana.
“Todo el proyecto de definir un nuevo yo cuántico, descansa en argüir que la física cuántica y, particularmente, un modelo de conciencia basado en la mecánica cuántica, nos permite vernos a nosotros mismos, o a nuestras almas, si se prefiere como socios en los procesos de la naturaleza en la materia como de la materia” dice Danah Zohar, licenciada en física y filosofía del Instituto Tecnológico de Massachusetts.

Con respecto al mundo físico esa “realidad” que cada vez se torna más unificada con aquella otra de la conciencia, al punto que no se puede reconocer donde comienza una y termina la otra, nuestros átomos son, parafraseando a Carl Sagan, “cenizas de estrellas enfriadas”, ya que los elementos que componen nuestro cuerpo biológico son los mismos que están presentes en todo cuerpo celeste, planeta o estrella.
Sería interesante que se desarrollara una biología que tuviera en cuenta la presencia e influencia de minerales y elementos sobre, no sólo la salud, sino sobre las conductas. Como un aporte a ello se ha observado el efecto provocado por el hierro en altas cantidades en el entorno con el nivel de violencia de las personas expuestas a ello (militares, obreros de la metalúrgica, etc).

Cuando se trabaja con la psicofísica desde la sensibilidad, uno descubre la unión de uso y función, se observa el cambio en la persona para consigo misma y para con su entorno, llámese vínculos o circunstancias, se observan las modificaciones con respecto a estructuras y valores, como también el reconocimiento del propio ser, comienza a hacerse presente la Unidad.

Pareciera como si la mente lo hubiese fragmentado todo en su intento de explicar, como si se viviera en relación a una idea del Universo pero no con el hecho del Universo.

Sin embargo bajo todo ello subyace una Totalidad imperturbable que solo espera ser descubierta.

Dicen las tradiciones védicas: “Un dios átomo duerme en cada piedra, despierta en cada planta, se mueve en cada animal piensa en cada hombre y ama en cada ángel”.

El Infinitesimal se junta con el Infinito.


miércoles, 8 de agosto de 2012

Espiritualidad. El coraje de la oruga.

La oruga, pequeña y tranquila, vivía en su rama comiendo las hojas tiernas y verdes recién brotadas de la primavera.
Su vida transcurría entre el paseo al extremo del tronco, su conversación con las hormigas vecinas, esforzadas trabajadoras que no tenían mucho tiempo que perder, y el cuidado para evitar ser comida por los pájaros que visitaban el follaje de su árbol. Para esto su color la ayudaba, su verde se mezclaba con los verdes de las hojas.




Pero algo de los pájaros fue ganando su atención más y más. Los veía volar y esa fascinación por el dominio del espacio la llevaba a arriesgarse, a veces demasiado.
Fue en uno de esos paseos que algo empezó a pasarle. Una inquietud, cierto desasosiego que fue creciendo hasta convertirse en una urgencia. Pero..¿de qué?

Los brotes verdes del árbol perdieron su sabor. La rama se volvió pequeña y previsible. Las hormigas contaban siempre la misma historia. Las horas se llenaron de vacío. Su mundo, antes paradisíaco, ahora era insoportable.
Qué estaba pasándole? Qué era esa necesidad que, nacida de su interior, la embargaba siempre un poco más, hacia dónde?
Sólo hallaba calma contemplando el espacio alrededor de su rama, en silencio. Hasta llegó a sentir el deseo de volar.. Su cuerpo, llevado por todas sus patas, iba y venía por la rama mientras el afán crecía en su pecho.

Habló con sus amigas, las hormigas, sobre su necesidad y ellas la miraron horrorizadas.
¿Qué locura era aquella? ¿Dónde se ha visto que una oruga piense tamaño desatino? Hasta llegó un punto en que la incomprensión se volvió hostilidad. No se cuestiona lo habitual sin un costo.

Y un día se decidió. Iba a escuchar su llamado profundo, iba a tomar el riesgo, la aventura de la transformación. Sólo en su interior podría encontrar la fuerza y el modo.
La idea del capullo comenzó a tomar forma en ella. Pero los capullos cuelgan de una rama hacia el vacío. Era abandonar toda seguridad. Era colgarse de cabeza, solo sostenida de un extremo de sus últimas patas para comenzar a tejerlo. Su mundo puesto al revés, sus ojos mirando el cielo, su corazón palpitando de miedo por lo imposible de su tarea.
Pero su deseo era irrenunciable y se volvió coraje.
Y allá fue, descolgándose hacia la nada, tejiendo su propia piel para encerrarse en ella.
Esa piel cubría lo que todavía no sabe para llevarla hacia la realización de su destino. Podría volar algún día?
Tal vez...

Pero esa es otra historia. Hoy sólo queremos hablar del coraje de la oruga.

domingo, 22 de julio de 2012

Reflexología II. El simbolismo de los pies.

El simbolismo requiere de un planteamiento intuitivo que extraiga el sentido de una forma y lo entregue como comunicación efectiva del mismo. Para un simbolista el mundo es un misterio que intenta descifrar buscando analogías entre lo material y lo ontológico.
"Las secretas afinidades entre el mundo sensible y el espiritual" según palabras de Charles Baudelaire.
Tomando esta senda es que se exponen las próximas conclusiones personales, como una invitación a repensar en cada uno su propia definición.
Para Sri Nisargadatha :"La naturaleza del hombre es un matrimonio, unión de opuestos, los pies, realizados en su cabeza y florecido hacia lo alto"

Los pies son potencia, la cabeza realización. Los pies andan, mueven todo en dirección a, la cabeza mira lo alto y conoce.
Ellos son la base de toda estructura corporal, punto de arraigo donde se apoya la verticalidad de la estructura. Apuntan al recorrido del propio camino y son la raíz del cuerpo, conectando con la tierra en su interacción energética. Afirmación y sostén.
Su apoyo determina la postura general, la forma de caminar la vida.

Esa potencia contenida en ellos es mayoritariamente inconciente. A nivel ontológico los pies del hombre están heridos pues esa potencia debe ser desarrollada a nivel de su conciencia. Es por ello que en muchos mitos se menciona que el héroe está cojo. Edipo, sufre la herida de su pie al ser colgado del árbol pero viene  de una estirpe que tiene dificultad en el andar.

El hombre ha perdido su verdadera identidad al abandonar el conocimiento de su realidad ontológica. Su herida sólo puede sanar al asumir su completud, abriendo la puerta de la realización. Materia-Espíritu, Ying-Yang,  Multiplicidad-Unidad. Todos nombres de la Polaridad.

El talón es el apoyo principal en el paso. Revela el yo primario y su arraigo. Su tamaño, robustez, carencia marcan tonalidades del mismo. El taconeo lo exalta como vemos en danzas rituales primitivas o en saludos militares.
Aquiles, a quien su madre introduce en las aguas sagradas del Styx para volverlo invulnerable (divino, inmortal), queda solamente sostenido por su talón, su debilidad. El, a no encontrar oposición alguna en el mundo de los hombres, vuelve su fuerza en ira, pues su naturaleza no ha sido transmutada. Encuentra la muerte por una flecha de París. Pero la inspiración que la guía es de origen divino (Apolo).


En cambio los dedos de los pies tienen que ver con el apoyo mental o la forma de concebir la vida. Son el extremo externo del andar y lo más flexible de los pies.
Desde el intelecto (dedo mayor) al concepto de disfrute (dedo menor), desde lo físico a lo suprafísico (emocional,mental, espiritual) su libre fluir en dedos armónicos o su desviación o bloqueos expresan calidades de la estructura mental o sus conflictos por carencia o exceso.
Seis Meridianos chinos están en los pies. Tres empiezan y tres terminan en ellos.


En el primer dedo encontramos punto 1 de Bazo -Páncreas. Tiene que ver con el rumbo pensado de la vida, si se adapta o no a lo establecido, su emoción asociada es la preocupación. El llamado "juanete" es un ejemplo de desvío o adaptación forzada.
En el mismo dedo, lado externo, Meridiano de Hígado en su inicio. Emoción dominante, la ira. El cuarto dedo es el final de Meridiano de Vesícula.
En el quinto dedo termina Meridiano de Vejiga, muy asociado por su recorrido (a lo largo de la columna vertebral) con corazas musculares. El miedo o su contracara, el coraje, se asientan en él.


Se empiezan, entonces, a mirar con otros ojos las facilidades o problemas que expresan nuestros pies.
La maravilla del holismo de la Naturaleza hablando en formas, jugando a lo múltiple en su expresión para siempre volver al fin que es comienzo..

martes, 12 de junio de 2012

Las trampas de las fortalezas.

La medida...siempre la medida.
Con el transcurrir de la vida cada vez siento más la importancia de la medida. Cuánto de cada cosa? Hasta dónde poner en juego el recurso?

Ver, con claridad, cómo una virtud puede, al exagerarse, convertirse en un obstáculo, la cualidad en una trampa, la ventaja en debilidad.
Ejemplos hay muchos. Ese compañero de oficina que con su sinceridad se vuelve desconsiderado. Esa pareja que sedujo con su carisma, hoy tiene rasgos fuertemente manipuladores. El jefe que, tratando de garantizar su seguridad, se vuelve testarudo. O uno mismo que por exceso de análisis se cubre de una nube de pesimismo frente a la complicación, perdiendo la alegría en un recodo del camino.

Es como la mitad oscura de la verdad. Una cara es beneficio, virtud, fortaleza. Lo mismo, fuera de medida por convencimiento, por hábito, aún por experiencia, se da vuelta y todo lo complica.
El adversario escondido en el exceso del propio rasgo.
La lealtad exacerbada se vuelve ceguera y arruina lo que protege. El optimismo desmedido se aparta de la realidad. La resolución que gira hacia la obstinación. Y.. la lista puede seguir, cada fortaleza tiene su contracara.

Cómo desarrollar el equilibrio, cómo evitar las propias trampas?
Tal vez lo primero sería saber si se desea ese avance. Muchos adhieren a sus rasgos buscando la identidad en el marco de sus características y el uso sistemático de ellos les genera seguridad.
Otros buscan el cambio cuando lo habitual no resulta satisfactorio.

En todo exceso hay una trampa que no es fácil de avisorar, disimulada como está de fortaleza.
La medida solo aparece con la reflexión, ese espacio-tiempo preciso para descubrir la dinámica perfectamente inestable del equilibrio.
Hay un punto de tensión en la forma unidireccional de sostener una actitud, una forma que avisa del colapso en otra dirección. Puede anticiparse y saltar a la comprensión y el cambio o dejar que el quiebre avise.

Reflexiones, solo reflexiones que van surgiendo mientras vivo y miro el vivir de los otros.

lunes, 4 de junio de 2012

Relaciones "bonsai"

Hay personas que se relacionan con otras de una manera "bonsai".


No me refiero a la cultura japonesa que milenariamente ha desarrollado esta técnica. Desconozco su tradición por lo tanto no opino.
Me refiero a personas de una formación semejante a la mia que la ponen en práctica y no solamente con plantas.
Para cultivar un "bonshai" hay que tomar una semilla normal de un árbol, plantarla y producirle stress hídrico para que se desarrolle muy limitadamente.


De igual manera algunos parten, en la relación, disponiendo de todo el potencial (semilla)  pero acotan su desarrollo a un tamaño "manejable"?. Por temor? Por egoismo? Por comodidad?.

Luego se toman las ramitas que van creciendo recortándolas sistemáticamente para darle una forma determinada.
En la relación son los tiempos compartidos, las expresiones de afecto, las respuestas, las que sufren este proceso.
Que el otro no sepa de mi. Siempre hay cálculo. Siempre hay estrategia. Y no me refiero a negocios aunque pareciera que el afecto tambien lo es. Amigos, pareja, hijos, todos los vínculos se manejan asi. 

Todo brote que no configure el esquema es suprimido.

Tambien sus tallos se tuercen, una y otra vez, para lograr el efecto deseado que es .... decorativo?
Cada movimiento de la relación se acota asi a un propósito. El producto primario es el sufrimiento.

En el universo privado de los sentimientos lo natural se subordina a una expresión mínima y condicionada.
Cuál es la causa? Es el miedo a perder espacios propios, es el egoismo que impide la entrega, es el cálculo
que evita a priori la posibilidad del dolor?

Lo cierto es que en este proceso de condicionar las relaciones estará siempre ausente el potencial, la expresión
propia, la espontaneidad y el gozo.
Será una relación enana. En esas ramas no se posará nunca un pájaro ni habrá un nido.

martes, 15 de mayo de 2012

La Reflexología.Un camino de salud y de conciencia


La Reflexología es una técnica de estimulación y resolución de problemas tanto físicos como emocionales y mentales. También es un camino evolutivo pues promueve la expansión de la conciencia..
Se basa en un conocimiento antiguo de origen, básicamente, chino; aunque hay evidencias, en jeroglíficos del Egipto de los faraones, de su uso.
Retomada y actualizada sustenta sus bases en tres tres principios: los pies tienen zonas reflejas de todo el cuerpo y sus órganos; el estado en que se hallan esas zonas expresan el desequilibrio del sistema y, por último, que la movilización de ellas realizada manualmente, genera cambios tendientes a la armonización y salud del mismo.

Actúa sobre el plano físico porque libera la energía pobre o detenida del órgano, sobre el plano emocional pues para la medicina china cada órgano está asociado a una emoción, sobre el plano mental pues los pies poseen en la corteza cerebral un área de proyección más grande que en otros órganos. En cada pie hay 7 mil terminaciones nerviosas con extensas interconecciones a través de la médula espinal y el cerebro. Por ejemplo, la vejiga tiene que ver con la eliminación de los líquidos y también con la retención de las emociones. Pero el recorrido del meridiano (canal por donde circula la energía vital o chi) comienza en la cabeza y desciende a lo largo de la columna hasta su base, produciendo,en su desequilibrio, desde dolores de espalda hasta rigidez mental.

En el trabajo terapéutico con el consultante se va dando un intercambio verbal que aportará preguntas, conceptos, observaciones que responden a la forma en que su sistema codifica el proceso personal del vivir.
Su movilización acarrea comprensiones y cambios independientes del esfuerzo.
En qué ayuda? Favorece la relajación y la eliminación del stress. Estimula el desbloqueo energético, la circulación sanguínea y la acción del sistema inmunológico. Activa los mecanismos naturales de desitoxicación.

Es la propuesta cierta a un cambio evolutivo pues, tomando como base del trabajo, la totalidad el ser (desde lo físico a lo espiritual) promueve una expansión de la conciencia.
Ese cambio es totalmente personal pues se apoya en el desarrollo de lo que esa persona trae como potencial en si misma, sus pies.

La Reflexología  admite , para potenciar su acción, el complemento de otras técnicas como la acupuntura, la digitopuntura y las técnicas de integración cerebral.
El método va apareciendo con el intercambio con el consultante cuya aproximación primera se realiza con la lectura de lo que sus pies dicen de él. Ellos hablan contando el potencial y las trabas.
El potencial, porque representando el tronco y la cabeza, dan cuenta de las características básicas de esa persona. Tienen, además, forma de germen. Y lo son, en cuanto describen lo esencial de ella.
Basta observar los pies de un bebé para comprender esto.

Son la conección con la tierra, la base para andar la vida, los cimientos nutrientes de todo lo que esa persona lleva para desarrollar.
Las trabas también se ven ( durezas, deformaciones de articulaciones queratosis, micosis, etc.) y denuncian en qué áreas y de que manera la energía quedó bloqueada allí provocando dificultades hasta de relación.
Trabaja desde lo físico hacia lo psíquico, moviendo disolviendo, integrando. Se cambia con naturalidad, si el uso de la voluntad.
La energía liberada encuentra la puerta que abre la potencia, la de la propia conciencia, la que actualiza el ser.
Un camino evolutivo 

jueves, 19 de abril de 2012

El pasado en presente

Después de muchos años, más de veinticinco, un hecho del pasado se volvió presente de una manera irracional. No parecía posible que aquello se volviera un inconveniente en el hoy. Y, sin embargo, así era.

Algo cerrado, terminado, resuelto en el tiempo, frenaba un proyecto del futuro.
En su momento el hecho detonó un giro radical en mi vida. Un antes y un después.
El roce de la muerte tocó mi día inconciente con su aviso de que el tiempo puede acabarse de una manera inesperada.

Esa tarde, agradecida hasta las lágrimas, decidí que no podía morir sin haber resuelto vínculos y circunstancias de peso radical.
En pocos días ya había emprendido el camino que me llevó largo tiempo recorrer.

Hubo cosas que dejé, como el manejo del auto, pero empuñé otro volante, el de mi vida, con un norte diferente. La relación con mi madre estaba irresuelta, congelada. Ya contaba con la fuerza suficiente para retomarla y resolver.
Fueron diez años difíciles los que siguieron. Una fragua intensa poblada de dolor e incomprensión.
Pero al final una paz profunda estaba esperándome. Sin saldos ni deudas, la cuenta en cero.

Y ahora, qué giro propone la vida con la actualización del hecho desencadenante? Qué aspecto debe ser trabajado?
No hay conflicto en lo externo, en lo interno, tal vez, quedan guardados secretos impulsos.
El pudor de la exposición, la seducción de la burbuja aislante, el tesoro guardado en el fondo de la caverna donde no hay crítica que lo alcance. Tal vez.

O será el llamado a una nueva acción, otro cambio de ruta que ponga el acento en una nueva conciencia, una que se apoye en dejar atrás la exigencia y el esfuerzo, aprender a tomar con humor las propias inquietudes, no perder la línea de la alegría. Nada lo merece. Por allí sólo se va a lo acartonado, a lo repetitivo, al rótulo que inhabilita.

Lo nuevo es creativo, espontáneo, está vivo.
La indicación, ahora, es una carta; antes fue un choque brutal. Antes hubo culpa y desconcierto. Ahora comprensión e intercambio. Es mi pasado y es mi presente el que actúa desde este nuevo hacer.
Aprendí a reconocer la voz de la intuición que susurra el camino.
Era el momento, era la vibración correcta y las palabras resonaban en mi:
"Cualesquiera que sean los nubarrones que vengan, cualesquiera que sean los peligros y los sufrimientos y las dificultades, cualesquiera que sean las imposibilidades, nada es imposible, nada es difícil.Yo Soy quien actúa"*

*Sri Aurobindo o la aventura de la conciencia.

viernes, 23 de marzo de 2012

Del intelecto a la intuición

La mente es la actividad que tiene como  su asiento el órgano cerebro, por lo menos eso es lo que se creía, en términos generales. Poco a poco hemos ido descubriendo que otras partes de nuestro cuerpo también son inteligentes, como nuestra zona abdominal donde se alojan neuronas que responden a pensamientos y emociones. Mucho más aún, el corazón tiene su propia forma de procesar, hacer síntesis o recordar de una manera aún más vívida que el propio cerebro y con un campo electromagnético mucho mayor.

Esta mente, que reúne facultades como el razonamiento, la memoria, la abstracción, es extraordinariamente valorada en nuestra cultura pues ha producido adelantos de todo tipo.
Sin embargo tiene sus límites. Las grandes ideas, las expresiones relevantes del arte en cualquiera de sus formas, la filosofía, se apoyan en procesos más amplios y completos, de un grado más abarcante, la intuición. Es un nivel de apertura diferente, es la comprensión instantánea, donde el pensamiento solo explica o lo intenta, ella  es una luz que ilumina en  el silencio a  esa masa gris que es el cúmulo de nuestras creencias, hábitos mentales, estructuras, en permanente parloteo alrededor de nuestra cabeza.

Cuando el ser humano desarrolla su conciencia, este proceso de apertura puede iniciarse espontáneamente como destellos de comprensión rápidamente oscurecidos por la razón que trata de explicar. Ella, que fue motor de crecimiento, es ahora un obstáculo que trata  de encerrar dentro de sus límites realidades de otra extracción. Es como haber vivido siempre en un valle y, de repente, subir a una montaña y mirar alrededor.
Las puertas de la percepción se abren lentamente a esos susurros luminosos, hace falta la toma de conciencia de lo que sucede, su reconocimiento y luego un foco de atención sostenido sobre ese silencio habilitante.
Es el paso evolutivo a desarrollar. El intelecto, limitado, se abre en infinitas direcciones pero siempre de un orden horizontal. No puede dar ese salto cuántico que exige lo abarcante. Es el hombre aspirando a un desarrollo de sí mismo. Es un ejercicio de volición que se vuelve evolución.

Al principio tiene dos direcciones muy marcadas. Una va hacia adentro en busca de lo psíquico profundo, más allá de la personalidad. El contacto con el alma invita a reconocer las verdaderas necesidades internas, que como brújula precisa marcan el norte de lo Propio.
Otra dirección va hacia arriba, hacia lo trascendente y aparecen comprensiones inesperadas, relaciones sorprendentes, relámpagos de luz que iluminan coherencias inusitadas.  Esta habla el lenguaje de lo Cósmico.
Ambas bailan la danza de la Conciencia. No buscan la certeza. Son certeza que uno va aceptando poco a poco, porque desconfía de la propia apertura,  ligado, aún, al intelecto. Sin embargo, ella, la intuición, se vuelve rotunda como un fruto de la concentración aplicada casi como un reflejo de supervivencia .Simplemente porque no se puede hacer otra cosa.

Ella define los contornos de la propia verdad con trazos cada vez más sutiles, llevados por el pincel de la confianza.
Técnicas hay muchas, lo importante es la calidad de la propia sensibilidad dando el acuerdo a estos procesos, a veces delicados a veces salvajes, que solo admiten la aceptación.

martes, 28 de febrero de 2012

Una sociedad sin frenos

Un tren sin frenos mata 51 personas.
Cuántas muertes más serán necesarias para poner freno a las conductas que provocaron esta tragedia??

En la televisión se debatía la responsabilidad del hecho.
 Un programa político apuntaba a distinguir qué tipo de conducción pondría remedio a esta situación que sigue vigente y que causará más muertes allí, en otros medios de transportes o en las rutas rotas. Si debía ser estatal o privada, como si alguna de las dos hubiera, alguna vez, funcionado para la gente.

Cuando un señor, de cualquier línea, se sienta detrás de un escritorio y cuanto más grande el despacho peor; se olvida de las personas. Pasan a ser números de sus estadísticas, pierden identidad para ser "público consumidor" o sea una masa informe que habilita el negocio.
 Todo se subordina a privilegiar la ganancia económica o de poder,no importa si las personas enferman, sufren o mueren.
Es un daño colateral mientras las cuentas propias cierren. La corrupción es una forma de violencia sorda y oculta pero letal.

En ese mismo programa se hablaba de sanción.
 Personal, social, la sanción no existe porque a nadie le importa demasiado. A la semana otra noticia, otras muertes, otra cadena de corrupción levanta polvareda nuevamente en este acostumbrado consumo de violencia que se ha vuelto tan habitual que parece normal.
Miles de años de historia lo prueban, las leyes no se cumplen a lo largo de las civilizaciones.
 No han logrado hacer que el hombre entienda que mi bien y el bien común son un solo bien.

El factor común en todo esto son los seres humanos que son los protagonistas.
 Que es Ud, que soy yo, que somos todos.
Este "todos" parece la clave. Lo que le pasa a uno de nosotros nos pasa a todos. Se dice mucho pero no se siente cierto hasta que duele en el "mi".

Es un problema de conciencia.
Tenemos los problemas que corresponden a nuestro nivel de conciencia. Mientras no se cambie esto nos moveremos en un péndulo que busca salidas en puertas cerradas porque es la condición humana la que debe cambiar.
Nos pasa en lo diario, en lo político, en lo ambiental.
 Agregue Ud. su propia lista.

Como con la orquesta del Titanic el mundo colapsa mientras los entretenimientos hacen cada vez más ruido.

Ese ruido nos habrá dejado sordos al dolor?

miércoles, 22 de febrero de 2012

Las expectativas. Zanahorias tramposas.

Y son "las". Porque nunca es una sola. Cuando mi cabeza pone su foco allí se disparan como un río incontenible.
Empiezan con un "porque yo..." y ya no se detienen. La fantasía aporta todo tipo de estímulos sobre lo que sé o creo saber de mi misma y se le da curso libre. Lo que hice para, lo que merezco, lo que oí o me dijeron que es así, lo que corresponde y el famoso "debería.."

Se encadenan unas con otras, se inflan como globos que vuelan por espacios sin fin. Y son reiterativas, como loros.
Se adhieren a todo. Sobre mi misma, la pareja, los hijos, el trabajo, los amigos. Todo, pero todo sufre la influencia de ellas.

Totalmente diferentes de las metas que ponen foco a la acción, la enraizan, generan logro, las expectativas se expanden como un gas nocivo que enrarece, distorsiona.
Ellas alejan de la realidad, la desdibujan, volviendo todo hecho insatisfactorio. Porque son, siempre, más grandes, más glamorosas, más fantásticas.Todo pierde en comparación.
A las expectativas nada les alcanza porque son irreales y se mueven en un tiempo inexistente, un por-venir que nunca llega porque ellas le ganaron de mano saltando siempre hacia adelante. Son la mejor puerta, la más abierta, a la frustración. Ponen en un lugar expectante disociado del presente, donde se pierde, como en un pantano, el sabor de lo que es.

Son producto y causa.
Producto de condicionamientos que no son mios, que vienen del pasado, de lo aprendido familiar o socialmente, del "debería" ser de tal o cual manera al que se acepta como ley sin cuestionar el origen o la autoridad de la fuente, sin, ni siquiera preguntar si coincide con la esencia.
Y causa de sufrimiento porque comparado con ellas todo es más pequeño, más desdibujado, menor. Dejan un sabor a falta. Y cuando parecen acercarse se inflan de nuevo o se cambian por otras, aún más exigentes.

Decidí hacer una lista con las mías. El papel se fue llenando, interminable receta de agobios y mediciones.
El sabor de la vida no estaba allí. Lo estrujé y lo tiré a la basura.
Gané el presente. Como tiempo y como regalo.